Abrazar la Rabia

 

Son las 7:50, tienes que estar a las 8:00 en un lugar que según tu GPS te va a tomar 20 minutos más. El trafico está quieto y está a punto de llover. Una cosa va sumando a otra y sientes que tu cerebro va a explotar. Quieres gritar de la ira (de pronto lo haces) y aun así sigues ahí, esperando que el trafico se mueva.

Después de sentir rabia empezamos a crear una lista de culpables, todos los posibles causantes de este desastre. Culpas al conductor de al frente, culpas a tu trabajo que queda muy lejos, culpas a las nubes que se ponen negras, todo a tu alrededor se ha confabulado para que tu vida sea una desgracia. 

Y si lo lees y piensas que estoy exagerando, te aseguro que no, esa es la forma en que nos hemos acostumbrado a hablar en nuestra cabeza, buscando penas y culpables a situaciones que están por fuera de nuestro control y nos hacemos víctimas porque es la salida fácil. 

Que pasa si por el contrario, abrazo esa ira, ese dolor y esa rabia y miro con una cabeza un poco mas tranquila lo que pasa a mi alrededor. Esa situación que puse hoy es algo que me ha pasado a mi, y para mí, llegar 10 minutos tarde significa perder la clase, y es algo que no puede pasar, personas están esperándome y es una falta de respeto con mis estudiantes y el estudio que yo llegue tarde. Pero si ya estoy en ese momento que mas puedo hacer?. 

Lo primero que puedes hacer es prevenir. “Ser de luz prevenido vale por dos”, cualquier acción que puedas tomar para prevenir que una situación se salga de tus manos, hazlo. Prepararse al trafico de la ciudad, entender cuando una persona te lleva a una relación tóxica, evitar una conversación que sabes bien va a terminar en disgusto, gastar mi dinero en cosas que no necesito. Muchas veces tenemos el poder de prevenir malos ratos, solo tenemos que poner atención, ser consciente de las situaciones y ver cual sería la consecuencia de mis actos.

Sí por el otro lado ya no hay nada que hacer, el problema ya esta ahí.  Entonces busca una solución, una manera en que el sufrimiento sea menor. Sí voy tarde a una cita, puedo avisar, y así otras personas de pronto pueden ayudarme con una solución. Ocupo ese momento de rabia o tristeza en buscar la solución para salir de ahí, en vez de hundirme cada vez más en la miseria un mal rato. 

Todo lo que esta por fuera de mi control no puede afectar la forma en que me siento ni reacciono. Es una tarea diaria observar como estoy actuando frente a todas las situaciones y si veo que hay un patrón negativo en mi conducta, tratar de cambiarlo, todo siempre con mucho amor. Cuando les digo que abracemos la rabia, me refiero a que debemos aceptar todos nuestros sentimientos, buenos o malos, y no dejarnos definir por ellos. Todo eso que sentimos es pasajero.

Entonces, en ese momento de crisis, abraza la rabia, respira profundo, regálate una sonrisa y sigue adelante.


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